«Bienvenido a mi vida», esta frase la repite Sylvie Hofmann prácticamente durante todo el día. Sylvie trabaja como enfermera jefe desde hace 40 años, en un hospital al norte de Marsella. Su vida es correr sin parar. Entre los pacientes, su madre enferma, su marido y su hija, Sylvie siempre se ha dedicado a los demás. ¿Y si un día Sylvie empezara a pensar en ella? ¿En su jubilación? ¿Podría? Pero, sobre todo, ¿le apetecería?
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