El pasado jueves 8 de octubre se clausuró la tercera edición de Ohlalà, el festival de cine francófono de Barcelona con la proyección de Notre Dame de Valérie Donzelli al Instituto français. Durante la ceremonia, se entregaron los premios del festival: uno del Jurado, uno del Público y uno del Jurado Joven.

Por primera vez en la historia del festival, coincidieron los veredictos y los tres premios fueron para Antigone, de Sophie Deraspe.

El Jurado Joven, además de premiar Antigone, otorgó una mención especial a Kuessipan de Myriam Verreault y nos lo explicaban así «hemos decidido otorgar el premio a ‘Antígona’, un montaje ecléctico que se atreve a hablar de y con las nuevas generaciones, sus nuevas tecnologías y sus no tan nuevas tragedias; asimismo queremos dar una mención especial a ‘Kuessipan’, un retrato de una extraordinaria belleza de la comunidad Innu el proceso creativo sobrepasa los límites de la pantalla. Las dos películas cuentan con unas brillantes interpretaciones, que encarnan personajes y vidas prácticamente inéditas en el cine, y nos han emocionado profundamente con sus potentes reflexiones en torno a temas como la identidad, el poder o la libertad.»

El Jurado, con el premio por Antigone y la mención especial para Ceux qui travaillent, de Antoine Russbach, declaraban «Antigone es una inteligente y conmovedora vuelta a la tragedia de Sófocles, potenciada por una emocionante interpretación de la debutante Nahéma Ricci. como su referente griego, mantiene la fascinación por los lazos y responsabilidades que se crean en torno a la familia. Pero también, de forma oportuna, y nada cosmética, reflexiona sobre la experiencia de los refugiados. Haciendo recaer el centro del drama en el enfrentamiento de eso que llamamos justicia con el corazón indomable de una joven mujer. del mismo modo, hemos decidido otorgar también una mención especial a «Ceux qui travaillent», que encarna un tipo de cine honesto, que conecta plenamente con las inquietudes de nuestro tiempo. Más que un filme, es un espejo en el que nos vemos reflejados. Russbach consigue, con una aparente sencillez, gracias una interpretación magistral de su protagonista, el belga Olivier Gourmet, que su piel películas instale en nuestro corazón y perdure en nuestra memoria.»

Así pusimos el broche final a ocho días de emociones y encuentros interesantes. ¿Muchas gracias al público que nos ha acompañado durante estos días, nos vemos en el 2021!